Sin pena ni gloria fue el estreno de Belén Mora «Belenaza» en el Festival de Viña. Con una rutina muy cuestionada por muchos usuarios en las redes sociales, criticándola por sacar la cantidad de hijos de la animadora y por abusar del «garabato» y otras palabras soez, la comediante se llevó una Gaviota de Plata forzada que le avivaron los animadores al público, extendiendo la despedida y pidiendo reiteradamente aplausos.

Es más, cuando los conductores iban a entregarle una de Oro, Belén Mora no aceptó y pidió un bis para «ganársela». Sin embargo, la segunda parte de la rutina, que abordó un tópico reiterado como la pandemia la realizó íntegramente entre pifias que se acrecentaban con el correr de los segundos.

La temática principal de la rutina de Belenaza fue principalmente enfocada en la maternidad, aunque con un tono no muy positivo, en los tipos de madre como animales de selva, además de algunas situaciones de la pandemia como su embarazo, los permisos y nombrando a otros rostros como José Antonio Neme, Priscilla Vargas, José Luis Reppening y Carmen Gloria Arroyo.

En un principio, recibió aplausos, pero a mitad del show se registró el punto de inflexión con la historia de un paseo de curso en la que los apoderados debían preparar ensaladas de lechuga, algo con que los asistentes y televidentes no lograron comprender del todo y cuya extensión y escasos remates generó algo de desconexión con el hilo que quería plantear.

“Me encanta que se expresen. Los comediantes dependen del público, no del día que les toca», expresó Belén Mora tras terminar su paso por la Quinta Vergara.