Irrumpiendo en la escena musical desde hace ya una década, el músico chileno Benjamin Furman presenta su segundo álbum, “Zalmo”, obra en la que explora paisajes del folclore latinoamericano y los fusiona con toques de jazz, flamenco y música del Medio Oriente.

Radicado en Nueva York, Estados Unidos, Furman indica que “este nuevo álbum, además de ser una obra ecléctica, es una oda, una carta de amor honesta y respetuosa hacia estas tradiciones, las cuales cohabitan en mi interior. El corazón de ‘Zalmo’ yace en la paradoja entre melodías y palabras modernas, pero a la vez milenarias, naturales y preexistentes”.

Respecto al proceso creativo de “Zalmo”, este tomó tres años y comenzó a gestarse durante la pandemia, momento en el que las presentaciones en vivo estaban prohibidas. “Fue un ambicioso proyecto de colaboración junto a colegas músicos de diversas nacionalidades como Argentina, Chile, Uruguay, Estados Unidos e Israel (…) me reuní con ellos por separado, con mascarillas y así fuimos trabajando los arreglos, las partes y los sonidos”, expresa Benjamín.

En cuanto a la composición de los tracks, Furman fue recolectando ideas y generando canciones de forma espontánea en distintos momentos de su vida, lo que se materializó explorando en el piano y luego expandiéndose a instrumentaciones más complejas, logrando así, este nuevo disco.

Hasta el momento se han publicado tres adelantos de este trabajo: “Reunión”, “Zalmo”, que le da nombre al disco y, por último, “Baja al Río”, lanzado el pasado 10 de mayo en plataformas digitales.

El disco fue grabado en Studio 42, ubicado en Brooklyn y en East Side Sound, de Manhattan. Compuesto, producido y editado por el propio Benjamín Furman, “Zalmo” fue posteriormente masterizado por Eric Boulanger de The Bakery en Los Ángeles, California.