Por: Miguel Yáñez Hernández (@miguelayh) – agendachilena.cl

Pedro Ruminot tuvo un debut de dulce y agraz en el Festival de Viña. Lo primero es porque a pesar de las pifias que enfrentó, pudo llevarse la Gaviota de Plata y hacer reír a ratos al público con una rutina en la que se rió de sí mismo (con imágenes de años anteriores), de su relación matrimonial y de algunas situaciones que pasan en nuestro país. El chiste del «hombre del taco» fue uno de lo que mejor recepción tuvo, en el cual retrataba la situación de la gente común que generalmente culpa y pide solución al Gobierno por los tacos o la fragata portuguesa.

A ratos repasó la clase política y mostró una panorámica del Chile actual, en donde los extranjeros ya forman parte mayoritaria de alguna oficios. En tanto, sufrió inconvenientes cuando abordó bromas sobre la epilepsia, la Virgen María, Jesús y José, además de su bis en el que criticó la programación de la televisión hablando demasiado rápido.

A pesar de esta incómoda situación final, el comediante manifestó su felicidad por el premio y reconoció algunos errores en su segunda salida al escenario. «Debí decir buenas noches y no seguir», confesó.