Con el aval de Beto Cuevas, Camilo A Secas estrena trilogía de videoclips

Camilo A Secas, el alter ego de Camilo Salinas Carbonell, es un cantautor de indie rock, folk, electro pop y rock alternativo que define su propuesta como «incesante y ecléctica». Entre sus inspiraciones se destacan exponentes nacionales como Lucybell, La Ley, Javier Barría, Eduardo Gatti, además de artistas internacionales de pop-rock latino y británico.

Su carrera inició en 2012 con el single «No es demasiado tarde», que grabó junto al ese entonces guitarrista de La Ley, Pedro Frugone; para posteriormente ganar un concurso de covers de Manuel García en 2015, y dos años después estrenar su disco debut titulado «Una calle llamada Porvenir», cuyo diseño estuvo a cargo de Beto Cuevas, al igual que su segunda placa que lleva por nombre «La tristeza de los galgos».

Precisamente de dicha producción, se desprende el sencillo «Blanqueado», el cual contó con la difusión de Beto Cuevas, y que se convierte en el nuevo videoclip del artista oriundo de El Monte, Provincia de Talagante, trabajo cuya dirección estuvo a cargo de Francesca Patiño bajo la producción de Camila Cáceres.

Según expresa Camilo A Secas, fiel a su letra, el sencillo «retrata la inercia intrínseca del desamor; cómo el enamorado, tras una ruptura amorosa que trae consigo una pena que va más allá del dolor, recorre las mismas calles y los mismos recuerdos sin control de sí mismo, sin saber dividir el corazón y la mente».

En tanto, el rol de musa fue interpretado por la modelo Belén Ortiz, quien junto al cantautor, recrean el auge y la caída de una historia de amor que abraza el gran Santiago. “Blanqueado” es además parte de una trilogía audiovisual que comenzó en octubre de 2017 con el videoclip “Lo Que Inventé Para Sobrevivir” (Macarena Carreño) y que concluyo con el videoclip “Aquí y En Ningún Lugar”, dirigido por Max Scheleff y producido por Simón Arias.

Este último single, describe el cantautor, “narra el shock del desencuentro, la reacción inmediata y primera que trae consigo el desamor; que ese querer tan íntimo e imperecedero fue en realidad infinito».