El nuevo disco de Camila Moreno ya empieza su cuenta regresiva. Hace un par de semanas se revelo una sentida parte de su repertorio en «Hice a mi amor llorar», luego de dar pistas de su renovación en sencillos como «Quememos el reino», «Es Real» y «Cerca».

Ahora, es el turno de una de las colaboraciones más ambiciosas de la cantante, junto a dos intérpretes latinas. «Déjame» es el último single de la chilena antes de liberar al sucesor de «Mala Madre», y llega junto a Ximena Sariñana y Lido Pimienta.

Una canción con influencias pop que juega con las sonoridades más electrónicas, y que también explora hacia el folclore mediante el compás 6.8 y el charango. «Es el tema del quiebre y del intento de recuperación antes de la muerte», dice Camila sobre la producción hecha junto a Iván González y Pablo Stipicic.

Un desafío de producción que llena el espacio gracias a su espíritu rapsódito-épico. «Al invitar a Ximena y Lido, la canción se expandió y creció aún más. Hicimos muchas pruebas para llegar a la versión final, gracias a la ayuda de mi novia. La idea era llegar a una estructura transversal y directa, y se logra gracias a su talento para el pop», agrega.

«Déjame» es un juego de palabras y conceptos: entre el déjame hacerlo y el déjame ir. «En la letra hay ganas de escapar, de huir, pero también de querer ser mejor para la otra persona. También hay una competencia irónica con un hombre imaginario, con el arquetipo de hombre patriarcal, diciendo que yo lo puedo hacer mejor», apunta.

Camila apunta a una influencia a lo «Haim pasando por el altiplano». Una triada que nace desde la admiración y la colaboración que siguen puliendo el imaginario de ciencia ficción que ha presentado la chilena: «una historia de amor, erotismo y revolución que transcurre en el siglo XXIII. Una distopía criolla instalada en este lado del mundo», explica sobre el concepto que envuelve las emotivas vivencias de X y M.

«El viaje del héroe con final fatídico» es lo que trae «Déjame», cuyo estreno desembarca con un vídeo grabado en Chile, México y Canadá, cada una desde su localidad actual, donde se aprecia la capacidad interpretativa de las tres referentes. Otro single capaz de comunicar que el fin es real, tan real que en cuanto se dice, se disipa.