«La Blues Willis» tiene su origen desde hace cinco años, cuando por medio de un amigo en común, el quilpueíno Joaquín Castillo conoció al ariqueño Felipe Hurtado (armónica) en un carrete. Les bastó tocar una sola vez juntos para encontrar el sonido perfecto. Aunque el primero ya itineraba en algunas bandas, decidió adoptar el blues, el rock and roll y el jazz.

De ahí en adelante comenzaron una carrera artística en Valparaíso, donde ya se han consolido en varios escenarios underground del puerto, y han recorrido el país, incluso emprendiendo giras por Bolivia y Brasil. Pero el camino no ha sido fácil, porque además de que ambos crecieron en situaciones vulnerables, se han ido superando y tocando puertas para abrirse camino en la exigente industria de la música.

A su haber ya cuentan con un disco debut títulado «Blues quilpueíno – ariqueño», grabado en GB Estudios Curauma, que contiene ocho temas inéditos más un cover de «Charagua» de Víctor Jara. Allí mismo se encuentran trabajando en su segundo álbum, que debiese estrenarse durante este año. Joaquín Castillo, vocalista, guitarrista y pandero piesista del dúo afirma que en el nuevo material «nos electrificamos. El primero es guitarra acústica, pandero y armonica. Este vendrá con guitarra acústica y eléctrica, además de pedales loop, que hace que se repita en vivo. Como dice un antiguo tema blusero ‘es un paso desde Mississippi hasta Chicago’, como desde el blues más rural a uno más urbano».

¿Cómo definen su música?

«Son ligadas al blues, canciones de amor por una parte, pero principalmente tienen que ver con un encuentro con los espacios suburbanos de nuestra región. Hablamos así, hartas historias de puerto, de calles, y de problemas que surgen a nivel macro y que afecta a la gente que vive el día a día. Esa es la dinámica, más de denuncia».

¿Cómo ve actualmente el blues chileno?

«Hay un nuevo aire en el blues, principalmente liderado por bandas como «La Rata Blusera», «Jorge Jiménez y La Rompehueso», Iván Torres, músico importante de muchos años, «La Blusa», «El Cruce»… Hay varias bandas que se están moviendo ahí y que estamos peleando el espacio para posicionarnos en la escena del rock, que es la más amplia, pero nosotros somos del blues».

Puede sonar medio obvio, pero ¿cómo llegaron al nombre de «La Blues Willis»?

«La pregunta no es tan obvia, porque tiene una historia detrás. Nosotros tocábamos en Valparaíso en varios bares y que, por lo general, lo seguimos haciendo. Cuando lo hacíamos al principio, no teníamos nombre, y había dos personas en particular que nos iban a ver siempre, que eran dos curaditos, uno de ellos se parecía mucho a Phill Collins y el otro a Bruce Willis.

Los dos eran así brothers, tomando chela, piscola y echando la talla. Siempre interactuábamos con ellos, porque se subían al escenario a hacer su discurso, mientras nosotros tocábamos, había buena onda. Uno de ellos era el “Bruce Willis” que siempre nos pedía canciones del “Flaco” (Luis Alberto) Spinetta, a mí me encantaba, y tocábamos algunas. Ahí nos hicimos amigos y no teníamos nombre, entonces cayó de cajón».

¿Qué nuevas sorpresas preparan en su música?

«Estamos trabajando con mas accesorios, con más power en sonido, con más herramientas, para así poder dar un sonido diferente al de nuestro primer disco, y demostrar que hay una evolución en cuanto a la música que nosotros estamos haciendo. Eso lo estamos logrando en base al pulso: buscando nuevos sonidos, dejándonos influenciar por cosas que rallan más por el lado de la sicodelia, yéndonos también por esa rama del rock, mezclada con el blues, por supuesto».