Pulir un talento, recibir cumplidos, abrazar las expectativas, transformarlas en veneno. María José Ayarza ha sido zar y bufón en su recorrido musical, y para abrir la era de su primer largaduración bajo el proyecto Chini.png, monta una obra de tres actos en los que despliega reflexiones sobre su transitar artístico y personal.

«Laurel», la primera muestra de las 12 canciones que contendrá la placa «El Día Libre de Polux», alberga con astucia el rock alternativo y la vulnerabilidad del dreampop. «Creo que es bueno partir mostrando algo de fragilidad; que aunque una se muestre bien hacia afuera, el tiempo, pandemia y trabajo detrás no han pasado en vano por nuestros cuerpos. Esto puede tomarse como algo emotivo y la canción representa eso», cuenta sobre el single que, además, introduce a los músicos que dan forma actual a la banda: Simón Campusano, Pepe Mazurett (Niños del Cerro), y Juan Desordenado (Columpios Al Suelo).

Se trata de una canción estructurada en su relato: si en un primer acto se conoce al César, en un segundo acto se presenta la voz del bufón, para culminar con un enfrentamiento cuyo mantra «Yo tenía una corona de laurel / Y me tenían prensándola después / Por cianuro para mi propia piel / Devolvería esta corona de laurel» funciona como metáfora del sentimiento de insuficiencia, la crítica personal y la autoexplotación internalizada.

«Una pequeña pugna entre sentimientos de poca monta, como lo son el ego y la inseguridad», dice Chini.png quien interpreta al propio César y su bufón. «Estos personajes fueron surgiendo al tocar la canción e ir dibujando el vídeo con los arquetipos de ser tu propio juez y verdugo, pero que a la vez está influenciado por la opinión de los demás. Habla un poco de compararse de manera negativa con el uno mismo que presentamos a la sociedad; la brecha infinita que parece existir entre nuestro yo interno y el social cuando no existe la autoaceptación», agrega.

La experiencia poética que es «Laurel» se complementa con el videoclip a cargo de la misma música, con el arte de Duerme Volantina y la dirección de fotografía de Luz Sierra. Con la conciencia de sentirse un músico trasquilado por la pandemia, Ayarza fusiona inspiraciones como Jesucristo Superestrella, las corrientes medievales, guiños al periodo grecolatino y un maquillaje capaz de ser una máscara, a modo de exaltar la serie de significados.

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