Fue en 2006 cuando el fotógrafo Francisco Bermejo Justiniano, mientras recorría el Barrio Bellavista, escuchó unos sonidos que despertaron su curiosidad. Al acercarse y observar entre aquel callejón, se encontró con un grupo de aproximadamente 300 personas que vibraban en torno a la cueca. Una escena que lo dejó sorprendido. Y es aquí como rápidamente encendió su computador para averiguar más de esta rutina, y llegó a un personaje clave: Mario Rojas, actual Consejero de la SCD y un activo difusor y cultor de la cueca.

El reportero gráfico no dudó en llamarlo, y tras varios minutos de conversación por teléfono, el músico fundador de De Kiruza le dio el primer empujón para interiorizarse en este rito fundamental de la identidad chilena. Tras el repaso de su obra en el ciclo «Pupilas de Águila» del Museo Violeta Parra, Bermejo conversó con Agenda Chilena para profundizar en lo que finalmente se convirtió en un trabajo gráfico-sonoro titulado «A la chilena, fotografías 2006-2016», proceso que tomó 10 años.

Allí se ilustran lugares emblemáticos como La Casa de la Cueca, La Biseca, El Club Hípico, que representan esos barrios bravos, la antigua capital y la bohemia porteña, las picadas y boliches como punto de encuentro para cantar, bailar y tomar; además de maestros como Luis Hernán Araneda «El Baucha» pionero de la cueca brava en los sesenta y principal hilo conductor de la obra, ya que la primera fotografía aparece él, y en la última se resume su despedida en 2014. Asimismo de rescatar la figura de Hernán «Nano» Núñez, fundador de Los Chileneros; y como Los Trukeros propusieron un nuevo lenguaje sonoro en el género.

«La figura de «El Bauche» abre y cierra la publicación. Foto: Francisco Bermejo (extracto). A la chilena, Fotografías 2006-2016.

«Era una necesidad súper personal de entender lo más posible. No solo desde saber y preguntar cuáles son los lugares donde bailan e ir a sacar fotos, quería entender por qué se cantaba así, dónde se cantaba, quiénes cantaban, desde cuándo. Todas las preguntas quería solucionarlas rápidamente, y entendiendo siempre que la gente mayor que sabe del tema, por ahí partí. Mario Rojas (autor del prólogo) me dio muchos datos de personas vivas – por suerte todavía – que yo les iba preguntando, y ellos me llevaban a otros personajes… Fui leyendo mucho, escuchando mucha cueca, poniéndole atención a las letras… después a las formas, a las fórmulas… Así fue entonces el viaje, tratando de ponerme al día rápido», nos comentó.

Son cerca de 120 imágenes, en blanco y negro, como es el sello de Bermejo, que representan una nueva generación de la cueca y de un ambiente en donde la verdadera fiesta se vivía bajo el escenario; quizás en un lugar alejado e íntimo, pero de gran convocatoria, con centenares de cultores reunidos en asociatividad.

Mario Rojas en el prólogo «País Cueca» escribe que «a través de la síntesis blanco y negro del lente análogo de Pancho Bermejo, se pasean las almas de los maestros ausentes (…) se pasean y respiran los que estáb para siempre enn la galería universal de la cueca, aunque no siempre sus rostros están en el claroscuro del papel fotográfico. Porque aquí no soo viaja la luz, viaja el tiempo, unido al imaginario de los nuevos cultores. que anuncia la consolidación de un renacer, la instauración de un misterio sagrado, que solo comprenden y aman los que tienen «las llaves de las chinganas».

«Ahora la cueca está un poco más abierta para la gente, se puede ver en la televisión, invitan a los programas, pero yo creo que siempre va a a ser un poco subterráneo. Siempre van a haber momentos y lugares en que esto no está abierto a todo publico, sino que para cierta gente o para el que entiende, para el que puede, para el que quiere… no lo veo como un fenómeno muy masivo, creo le haría daño (…) En La Biseca, para el aniversario de muerte del Nano Núñez (falleció en 2005), se juntaban 300-500 personas, pero ni Facebook había en esa época…pero bueno, va y viene, es masivo y no es masivo, no sé, esas es mi apreciación», analiza Bermejo.

La amistad de sus exponentes con el fotógrafo fue creciendo en el tiempo, albergando a varios de ellos en su casa ubicada en Constitución 211. Fue en 2011, cuando Bermejo tuvo que dejar dicha propiedad – porque le subieron el arriendo – y en honor a esos momentos de folclore vividos, es que decidió grabar un disco en vivo en dicho salón con ‘lo que saliera’.

Fueron casi ocho horas de grabación, en la que 33 músicos, entre ellos, Luis «El Flaco» Zapata, Las Primas, María Esther Zamora, Los Trukeros, El Baucha, Elías Zapata, Pepe Fuentes, crearon un sinnúmero de composiciones, de las que finalmente 24 pasaron a formar parte del disco «Así fueron las cuecas…».

«Algunos de los personajes que aparecen este libro representan a un sinnúmero de personajes de una época y un momento de Chile, en que esto estaba muy vivo, era muy representativo y era muy natural, no era una apuesta, era lo que se hacía, era lo que salía, era parte del día a día…», agrega el también productor de «Yo nací pa’ cantar cueca», el último disco de El Baucha.

«LA CUECA NUNCA HA COMPETIDO CON NADA»

¿Cómo estos exponentes influyeron en el concepto de cueca y música chilena en general ? ¿Y en qué ciclo se está ahora?

«El otro día me preguntaban si la cueca competía con otros ritmos musicales en espacios. Yo creo que la cueca nunca ha competido con nada, tiene su propio espacio. Lo que sí creo es que, a partir de la cueca de los músicos cuequeros, hay músicos de otras ramas que se están nutriendo de ellos, de ese pulso, de esa manera, y que se están invadiendo… En un principio yo pensaba que iba a ser al revés, que los otros músicos se iban a acercar a la cueca, pero lo que está pasando es que los cuequeros están permeando a músicos que llevan otros ritmos con el pulso de la cueca».

«La cueca no es solo jarana, es un rito que hay que vivirlo profundamente. Hay que tener cierta experiencia de alma, no es solo una forma no más. La cueca es algo que va dentro, de una vida de casi 200 años y de muchas vidas», Margot Loyola, página 33, panchobermejo.cl.

Pero en época de Fiestas Patrias, la cueca no es la única protagonista de las celebraciones, sino que además se incluyen ritmos foráneos como la cumbia, lo que evidentemente es un indicio de que los tiempos han cambiado a la par de una generación con nuevos intereses e inquietudes. Y es de este escenario actual que conversamos con el autor. Al respecto, nos señala que «los lugares mutaron, el tipo de público mutó, los mismos artistas que se han profesionalizado de alguna manera… Son otros modos, lo que a mí me gusta es el tema más interno, mas íntimo, más familiar…. Creo que desde ahí debiera nutrirse el espectáculo de la cueca para el escenario… Ahí esta, no en una sala de ensayo…».

Claramente, ese espíritu de ‘Barrio Bravo’ se ha perdido…

«Sí, claro, son otros tiempos. Es como tratar de ser melancólico con una época que ya se fue, y que se fue por un sinnúmero de circunstancias, pero lo que sí queda es la búsqueda de cuál es la identidad que tenemos, que nos trasciende».

¿Y de qué manera se puede rescatar esta identidad de alguna forma? Se han perdido generaciones, pero también llegan otras nuevas

«Siempre van a haber cultores y gente que esté encargada y preocupada de seguir esta posta, porque es una posta… Lo que yo pienso es que a los medios le incomoda que esto no sea masivo, de por qué la cueca no despega. Yo creo que la cueca tiene su publico, sus lugares, sus momentos… Siempre hay propuestas nuevas de cueca, y está mas viva que nunca, no tengo ninguna duda de eso».

Francisco Bermejo Justiniano cursó sus estudios en la Escuela de Cine de Chile, y se ha desempeñado como productor y director de varias empresas de producción nacional. Actualmente, se encuentra desarrollando tres documentales: “Cantoras de Chile”, “Música de Rapa Nui” y “Anacoreta”, cintas que reflejan la línea de interés del autor, quien además es el director de la corporación sin fines de lucro “Vamos Pa’ Chile”, dedicada a la promoción y difusión del patrimonio chileno y la cultura tradicional.

Entre sus trabajos de fotografía patrimonial destacan “Retratos de oficios 2007-2010”, “Rapa Nui: 1998-2009”, “Cantoras criollas 2011”, “Circo hoy 2009-2011”, y la edición del libro fotográfico “La rosa separada”, junto a los poemas de Pablo Neruda. «A la chilena. Fotografías 2006-2016» se encuentra a la venta en la Tienda Nacional y a través del e-mail franciscober@gmail.com. La publicación, financiada por la Ley de Donaciones Culturales, además cuenta con un complemento sonoro asociado a páginas específicas del libro, disponible en el sitio web panchobermejo.cl.

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