En marzo el Museo Interactivo Mirador (MIM) cumplió 17 años de existencia, y los celebrará en grande con los dos proyectos que ya comienzan a tomar forma y serán inaugurados en agosto y diciembre, marcando un antes y un después en su historia. Estas iniciativas significarán un crecimiento del 10% de su superficie expositiva y será la primera vez que en un mismo año se inauguran dos nuevos espacios para el público.

En agosto se proyecta el lanzamiento de la Sala de Neurociencias, la cual abordará desde la perspectiva biológica la pregunta ¿cómo aprendemos?, transformándose así en una metasala, pues esta interrogante responde a la propia naturaleza del Museo. En este espacio los visitantes tendrán una visión de cómo se produce el aprendizaje, abordando el funcionamiento, propiedades y evolución del sistema nervioso de animales y seres humanos (filogenia), así como su desarrollo durante la vida (ontogenia).

Mientras que en diciembre estará disponible Espacio Universo, un edificio de dos pisos y 700 metros cuadrados, emplazado frente al MIM, donde se buscará de manera lúdica y por medio de la exploración autónoma, acercar a los visitantes al conocimiento actual del espacio y los avances en su investigación. La exhibición destaca por su innovación en materia museográfica y de entrega de contenidos asociados a esta área de la ciencia que estudia el Universo, además de contribuir al esfuerzo por relevar el valor patrimonial de Chile como laboratorio natural para la investigación y observación astronómica.

Entre los logros del Museo en estos años se encuentra el haber conseguido ser uno de los tres espacios más concurridos del país en esta categoría, y ser visitado por más de siete millones de personas y más de dos millones en sus muestras itinerantes en regiones fuera de la Metropolitana; además de ser un espacio único en su tipo en el país y referente para museos similares en Latinoamérica.

Inaugurado el 4 de marzo de 2000, fue concebido como un museo de “tercera generación”, cuyo foco es la interactividad más que el resguardo de objetos, y puede decirse que su contenido museal lo constituyen ideas, fenómenos o principios científicos.