Como una respuesta a los cambios en la industria musical chilena, y no como una crisis de esta, atribuyó el músico y presidente de la SCD, Álvaro Scaramelli, el cierre de Sello Azul. El sello discográfico, dependiente de la Fundación Música de Chile, surgió en 2001 como una plataforma masiva de promoción a artistas chilenos de proyección. Así fue como cada dos años, se abría un proceso de selección de solistas o bandas para brindarles apoyo en la distribución y fabricación de sus álbumes, así como también en la producción de videoclips, difusión de sus actividades, entre otros, por una temporada.

En el catálogos figuraron artistas como Teleradio Donoso, Golem, Camila Moreno, Planeta No, Sinergia, Juana Fe, Mariel Mariel, Aticoy, y otros tantos. En total, cerca de un centenar de discos se editaron gracias a esta iniciativa sin fines de lucro, logrando también el consolidación en la escena de varios músicos que formaron parte de esta. Asimismo, esta semana se decretó la bajada de cortina de la Plataforma de Difusión de la Música Chilena.

Pero esto no será el fin del apoyo a los músicos nacionales, ya que en su lugar se creará un fondo concursable que irá en directo beneficio a sellos independientes. «Una ayuda económica para que varios sellos tengan la posibilidad de optar por estos recursos para trabajar a artistas nuevos (…) Encontramos esta mecánica nueva que creemos que va a abarcar a más músicos y lo va a hacer de mejor manera, porque hasta ahora como SCD estábamos desgastándonos en desarrollar la carrera de artistas entre las miles de cosas que tenemos que hacer», puntualizó Scaramelli a La Hora.