La intérprete y trompetista chilena Azul Gibert tras sus anteriores piezas como «Estrella» y «Vida de Virgilio», ahora apuesta por extender su intrigante abanico de sencillos con la llegada de «Ven», que a pesar de no estar definidos bajo una categoría musical en específico, logran permear un estilo musical único y atractivo que asimila referentes sonoros principalmente orientados al jazz, el R&B hasta el hip-hop y la música pop.

El presente año ha presenciado la naciente carrera en solitario de la cantante, que se ha integrado a la variada escena musical independiente en Chile. Con el reciente lanzamiento logra representar vivencias complejas como aquel sentimiento que nace tras recordar un amor no correspondido y nocivo de hace años del cual no logran ni siquiera llamarse amores.

La lírica expresa aquella inocencia que pueden vivir en este tipo de relaciones, donde se confía más de lo que debería, y de esta manera la artista busca generar en su audiencia «un sentimiento de empatía en relación a sus propias vivencias en esos tipos de amores de los que no se pueden hablar, de esos que debes quedarte callada por terceras personas y por nula responsabilidad afectiva».

El proceso creativo de Azul Gibert ha durado años y no se ha logrado encasillar en un estilo en particular, si no que ahonda en diversos de estos, y no es de sorprenderse ya que desde su temprana exposición a la música popular, clásica y folclórica, la llevó a tocar una variedad de instrumentos como la flauta contralto, trompeta y guitarra.

Más adelante y una vez adolescente sus gustos tomaron dirección por el jazz y el hip-hop, por lo que decidió emprender camino inmiscuyéndose en el jazz estudiando en el Instituto Profesional Projazz, donde le permitió aprender y desarrollar su propio talento que la llevaría a instaurarse como una llamativa solista y compartir escenario con estrellas nacionales como, Quique Neira, Bronko Yotte y Yorka.

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