Los hechos hablan por sí solos. Los animadores Karen Doggenweiler y Rafael Araneda dieron a conocer los requisitos para hacerse acreedor de la Gaviota de Platino, aquel grupo selecto que previamente pertenecen los mexicanos Luis Miguel y Juan Gabriel (póstumo a través de Isabel Pantoja); además de los chilenos Lucho Gatica (póstumo a través de Humberto Gatica) y Los Jaivas.

Uno de ellos era tener un vínculo íntimo con el Festival de Viña; otro, una trayectoria y una carrera excepcional; además de más de 30 años de trayectoria y que sea entregada solo una vez en la vida del artista premiado. Y claramente, Myriam Hernández los cumplía. Celebrando también 35 años en los escenario, la cantante nacional, a través de un decreto firmado por la alcaldesa Macarena Ripamonti, se hizo acreedora de la quinta Gaviota de Platino, en la tercera artista nacional y en la primera mujer en obtenerla.

En cuanto al show, cercano a lo hora y media, Myriam Hernández repasó su destacada carrera con una veintena de canciones, entre las de su inicio y las más recientes. La artista comenzó «El hombre que yo amo», para continuar con «Te pareces tanto a él» y «Nos lo hemos dicho todo». Luego continuó con «Eres», «Mío», «Dónde estará mi primavera», «He vuelto por ti», «Deseo», «Tonto», «Rescátame», «No te he robado nada» y «Leña y fuego», en la que se hizo acompañar con el baile de Los Power Peralta, para posteriormente recibir la primera Gaviota de la noche, la de Plata.

En tanto, el bis estuvo conformado por «Un hombre secreto», «Invencible», «Se me fue», en el que sonó el piano del maestro Valentín Trujillo, además de «Quiero saber» y «Peligroso amor». Tras ello, llegaron las emociones y los homenajes en donde recibió la Gaviota de Oro y tras un largo protocolo, la de Platino. Para coronar su presentación, finalizó con las clásicas «Huele a peligro» y «Herida».

Recordar que Myriam Hernández no se presentaba en la Quinta Vergara desde hace 23 años, y ha recibido múltiples reconocimientos, que además de este, destacan el premio Figura Fundamental de la Música Chilena de la SCD, que la han consolidado como «La baladista de América». Además, en 1989, fue reina del festival, y también fue la animadora del certamen entre 2003 y 2006.